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10 claves para amargarte las fiestas de Navidad

Un año más, llegan las fiestas de Navidad. Además de su clarísimo componente religioso y espiritual y del lucrativo aumento de las ventas de El Corte Inglés, es un tiempo de paz y alegría que nos gusta compartir con los amigos de toda la vida, la familia (incluidos los cuñados) y los compañeros de trabajo.

Disfrutamos así de emotivos momentos, bien regados de copas y copas y copas de bebidas espirituosas, que acompañan a ingentes cantidades de alimentos poco habituales en nuestra dieta, repletos de grasas y azúcar. Y, para terminar como dios manda, nos fumamos un puro.

Índice

Insensateces navideñas a mansalva

Reconozcámoslo: los humanos siempre encontramos la forma de excusarnos y de justificar lo injustificable. Para demostrarte que no exageramos, vamos a repasar las mentiras y mitos a los que recurrimos cada Navidad. ¿Con cuántos te identificas?

1. Una juerga al año no hace daño

Falso. Tu cuerpo —y en especial tu hígado, que quedará en un estado similar al paté—tendrá que soportar un ataque agudo de alcohol y grasas del que le costará recuperarse una buena temporada.

2. Total, por unos días…

Soy diabético o tengo el colesterol alto —o incluso ambas circunstancias—, pero, como consecuencia de aplicar el punto 1, no pasa nada por saltarme la dieta. Mentirusco atao con piedras (expresión cortesía de José Mota). No solo puedes tener problemas graves, sobre todo con el azúcar, sino que encima echas por tierra, en 15 días, todas las rutinas y hábitos saludables mantenidos durante los 350 previos.

3. La comida es la vacuna contra el alcohol

Si me bebo hasta el agua de los floreros, pero lo hago después de comer, con el estómago bien lleno, no daré positivo. Falso. Darás positivo de igual forma, solo que tu cuerpo tardará un poco más en absorber el alcohol.

4. Es Navidad: los milagros existen

Chicles de menta, Almax, vitaminas, colutorios…, hasta ¡chupar una moneda! Existe una larga lista de «milagrosos eliminadores de alcohol en el aire espirado» que prometen evitarte un susto con la Guardia Civil. Ninguno funciona.

5. El alcohol no engorda

No, claro que no. Tampoco engordan los pinchos y aperitivos ricos en grasas e hidratos de carbono que lo acompañan. Parece que cenar como si no hubiera un mañana tampoco engorda, según los últimos estudios nutricionales.

6. Compensaré los excesos gastronómicos saltándome las siguientes comidas

Bueno, es una opción. Ya se encargará tu cuerpo, no conocedor de tus planes estratégicos, de acumular todo lo que pueda la próxima vez que comas, por si la situación de falta de alimento se prolonga en el tiempo.

7. El día 1 de enero lo dejo

Da igual que se trate de fumar, beber o cualquier otro hábito nocivo: ¿por qué tienes que esperar al día 1? Pues porque no tienes ninguna gana de dejarlo y lo sabes, así que es más fácil aplazarlo al aparentemente lejano año que viene. Seguro que en enero ya se te ocurrirá una buena excusa para seguir aplazándolo.

8. Con ejercicio lo compenso todo

No hay mejor manera de acabar el año que corriendo 10 km, después de haber comido y bebido como Heliogábalo y, sobre todo, sin haberte calzado las zapatillas de deporte ni un solo día en todo el 2017. Lo recomiendan desde los mejores médicos de familia hasta los cardiólogos más reconocidos.

9. Me tomo un omeprazol que me ha dado mi cuñado antes de la fiesta y andando

Pues nada, a automedicarse, que es lo más recomendable. Además, peor es tomarse un ibuprofeno antes de beber alcohol para evitar la consiguiente resaca. Un consejo: mejor pásate por el médico o por la farmacia y que te asesoren un poco. De hecho, si tienes suerte, lo mismo te prescriben un Almax y, de paso, no das positivo en el control de alcoholemia (ojo: ironía ya tocada en el punto 4).

10. Las campanadas son una preciosa tradición

Comer doce uvas, como los pavos y sin masticar, da buena suerte, pero solo si sobrevives al atragantamiento. Antes de que suenen los cuartos, te recomendamos practicar la maniobra de Heimlich, para salvar la vida de tu suegra (si es que quieres hacerlo, claro).

Con esto concluimos nuestro repaso a los desatinos navideños, pero más por falta de espacio que de contenido, ya que estamos seguros de que representan solo una pequeña muestra. Si conoces o practicas algún disparate no tratado en el post, por favor, compártelo con nosotros. Estaremos encantados de escucharlo.

Disfruta de las fiestas con alegría y, si es posible, con un poco de sentido común.

¡Feliz Navidad!

Esta entrada tiene 4 comentarios

  1. ¡Cuánta razón! Creo que cumplo todos los autoengaños del post jejeje… Me ha encantado lo del «Mentirusco atao con piedras»

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