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¿Qué es la corrección ortotipográfica?

En el proceso de publicación de cualquier texto, la corrección es una fase indispensable para garantizar la calidad. ¿Nunca has cerrado un libro, harto de las comas dispuestas «a su caer»? ¿Cuántas veces has dejado de leer un periódico o una página web, mosqueado por la ausencia de tildes? Los errores entorpecen la lectura y deslucen el contenido del texto.

A pesar de que los límites son imprecisos, se distinguen dos tipos de correcciones: la ortotipográfica y la de estilo. Hoy explicaremos la primera.

La corrección ortotipográfica se centra en eliminar los errores ortográficos, tipográficos y gramaticales. Busca ajustar el texto a unas normas determinadas: las de la RAE (lo más habitual), las de la editorial o las de algún especialista reconocido (como Martínez de Sousa). Un corrector ortotipográfico debe revisar, entre otros, los siguientes aspectos:

  • las tildes, la puntuación, las mayúsculas y minúsculas;
  • el uso adecuado y coherente de negritas, cursivas, comillas y otros recursos tipográficos;
  • la escritura de las abreviaturas, las siglas, los símbolos y las cifras;
  • las letras que faltan o que aparecen cambiadas de lugar, los espacios, las sangrías;
  • la jerarquización de títulos y subtítulos, las citas y referencias bibliográficas, etc.

La corrección ortotipográfica aspira a un texto libre de faltas, pero no se fija en los problemas expresivos, en la riqueza del léxico o en la estructura y coherencia del discurso, aspectos que pertenecen al terreno de la corrección de estilo. Es, para entendernos, la limpieza superficial que hacemos para que nuestra casa esté habitable en el día a día: recogemos, barremos, fregamos y pasamos el paño, pero sin desplazar los muebles, preocuparnos por los rincones poco accesibles o vaciar los armarios. La ortotipográfica es la mínima corrección por la que debería pasar cualquier escrito antes de publicarse, para que quien lo visite no perciba suciedad que enturbie su estancia.

Este tipo de corrección debe aplicarse siempre después de la de estilo (cuando hable de esta explicaré los motivos); sin embargo, por una cuestión didáctica en el ejemplo que nos ocupa he comenzado por ella.

La imagen muestra el texto de la semana pasada corregido, con el control de cambios de Word activado, para que podáis apreciar los detalles de la intervención.

Ejemplo de corrección ortotipográfica con el control de cambios de Word activado
Ejemplo de corrección ortotipográfica con control de cambios

 

Y así quedaría el artículo tras aceptar todas las sugerencias:

¡Abrimos la clínica!

¿Cómo comenzar con buen pie un blog dedicado a la corrección y redacción de textos?

Quizás la forma más sencilla sería hablar de las virtudes de un texto correctamente redactado, de su importancia histórica —cuando un texto sin corregir obligaba a crear nuevas y carísimas planchas de impresión—, de nuestra formación como correctores y redactores…

También sería fácil poner ejemplos de cómo la correcta ortografía puede modificar drásticamente el mensaje de un texto. Una anécdota atribuida a Carlos V cuenta que en una ocasión le pasaron para firmar una sentencia que decía: «Perdón imposible, que cumpla su condena». El emperador se sintió magnánimo y, antes de firmarla, cambió la coma de sitio y también la suerte del condenado: «Perdón, imposible que cumpla su condena». Seguro que el condenado jamás se olvidó de poner una coma correctamente.

Todo esto estaría muy bien y lo haremos, sin duda alguna, más adelante. De momento, nos gustaría comenzar este blog con una declaración de intenciones, y por ello vamos a centrarnos en corregir este primer post, que, como seguramente ya habréis notado, está lleno de errores.

Es muy posible que mientras leéis este artículo estéis pensando: «¡Qué tontería! Esto de escribir bien lo hago yo sin necesidad de que me corrija nadie». Pues bien, ahora tenéis la oportunidad de demostrarlo. Por ello, os invitamos a contestar este post con las correcciones y recomendaciones que os parezcan oportunas y os demostraremos que, lamentablemente, nadie es perfecto. (Sí sí, ni siquiera tú, atento lector).

La próxima semana publicaremos la solución que nosotros hemos dado a esta lamentable redacción.

Gracias por leernos y, sobre todo, por participar.

¿Qué os parece? Mucho más amigable que el original, ¿verdad?

En la próxima entrada hablaremos sobre la corrección de estilo y veremos cómo luce nuestro texto tras someterse a ella. ¡Hasta la semana que viene!

Esta entrada tiene 3 comentarios

  1. Una pregunta, veo que usáis siempre las comillas de tipo « ». Hace tiempo leí que son más correctas que las comillas " ", pero el problema es que no encuentro las « » en mi teclado. Se que con word se pueden insertar como símbolo, pero si tengo que abrir el programa, insertarlas y copiarlas, pues no las uso.
    Gracias y enhorabuena por el blog.

    1. Hola:
      Efectivamente, la RAE recomienda usar las comillas latinas, también llamadas angulares o españolas, en primera instancia. El «Diccionario panhispánico de dudas» explica:

      En los textos impresos, se recomienda utilizar en primera instancia las comillas angulares, reservando los otros tipos para cuando deban entrecomillarse partes de un texto ya entrecomillado. En este caso, las comillas simples se emplearán en último lugar: «Antonio me dijo: “Vaya ‘cacharro’ que se ha comprado Julián”».

      El problema es que los teclados no tienen las comillas angulares, por lo que no es cómodo escribirlas. En Word las opciones son:

      1. Insertarlas como un símbolo: menú Insertar > Símbolo

      2. Para las comillas de apertura, presionar Alt + 174 o Alt + 0171. Solo funciona con los números del teclado numérico.

      3. Para las comillas de cierre, presionar Alt + 175 o Alt + 0187 (con el teclado numérico).

      La dificultad para utilizar este tipo de comillas conlleva que cada vez se usen menos. Hay quienes opinan que están en peligro de extinción. Desde luego, si no cambian los teclados (harto difícil) es muy probable que desaparezcan.

      Yo las utilizo no solo porque lo recomienda la RAE, sino porque me parecen mucho más elegantes que las inglesas. Además, así contribuyo a que no perezcan, víctimas de la informática. Sin embargo, entiendo que no todos sean tan puristas.

      Muchas gracias por comentar.

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